Tuvimos la gran fortuna de recibir a Dzogchen Ponlop Rinpoché en México en octubre de 2015. El fin de semana antes del Día de los Muertos, Rinpoché enseñó sobre su libro «La mente más allá de la muerte» que se publicó en español en julio de este año (disponible a través de Nirvana Libros en México o Kairos en otras partes del mundo).
Reflexiones de una estudiante:
“Todo es un momento” , “Terminamos un momento, la vida, y entramos a otro momento, el morir, ambos son momentos.”
Enseñanzas de nuestro querido maestro Dzogchen Ponlop Rinpoche en su segunda visita a nuestro país, muchas enseñanzas y mucha tarea… tarea que, desde luego, es otro modo de enseñar, una forma sutil de Rinpoche de darnos una instrucción: “¿Cuál es mi definición de vivir?”; yo, por ejemplo, sigo en esa pregunta, en esa instrucción…
La visita y enseñanzas de Rinpoche fueron un bálsamo, un aliento para seguir, un cubetazo de agua helada para sacudirnos y “despertarnos”, una invitación, un sosiego, un desasosiego —“just kidding!”— un muy mexicano “¡sí, hay que entrarle!”, todo eso junto, para mi, desde luego, pero sospecho e intuyo que para otros también. Fue un momento único (y, semi-parafraseando a Rinpoche, un único momento), pero con efectos duraderos.
Me voy a atrever a decir que la claridad, el ingenio (“karma = tarjeta de crédito; esta vida = tarjeta de débito”) y agudeza de Rinpoche son legendarios, un maestro así es un regalo, un don, un acto de generosidad y, ya que estamos en los atrevimientos, elijo pensar que nuestro buen karma nos puso en su camino y que su buen karma nos puso a Rinpoche en nuestro camino. Seguimos haciendo aspiraciones por su retorno.
También tuvimos la buena fortuna de tener a Acharya Lhakpa y a Acharya Tashi en esta visita y de escuchar sus enseñanzas. Me llevo el antídoto que nos sugirió Achrya Lhakpa contra el embotamiento en shamatha —hacer meditación analítica— y la reflexión de Acharya Tashi en cuanto a que la impermanencia ayuda a tener paciencia.
Finalmente, ¡qué padre la comunidad que se reunió; qué padre que se fueron con sus libros generosamente firmados por Rinpoche; qué padre que algunos interrumpieron con buenas preguntas y que otros esperaron para hacer preguntas igualmente buenas;
qué padre que a Mariano se le ocurrió llevar a dos invitados que no podían faltar y que miraban a Rinpoche con sus ojos grandes y pelones y que no se movieron de sus sillas por más de 48 horas!
Rinpoche, hacemos aspiraciones por tu regreso, en más de un sentido…
Se pueden encontrar entrevistas que brindó Rinpoché durante su estancia. Les invitamos a visitar:
Reforma
Camino Amarillo (radio)
Notimex
Por Esthela Treviño